Las ciudades están vivas, en continuo cambio y crecimiento. En muchas de estas modificaciones, las ciudades han crecido de un modo desordenado, anárquico, llevándose por delante auténticos tesoros del patrimonio de todos. Granada, es un caso paradigmático de ello. El desarrollismo a toda costa, sin importar el precio. En un mundo en el que la población crece a un ritmo desenfrenado, ha de conjugarse desarrollo con planificación ordenada y respetuosa con el entorno, ya sea natural o patrimonial.
En Granada nos encontramos en un momento de desarrollo constante, pues a pesar de que la ciudad se encuentre constreñida a nivel espacial, ha de potenciar sus comunicaciones con el exterior, elemento infravalorado y ninguneado durante mucho tiempo. Es en estos momentos cuando nuestro metropolitano, metro ligero, aquel que costó tanto dinero y tiempo alumbrar, y vistos los beneficios que ha supuesto en cuanto movilidad pública, se están poniendo en marcha nuevas ampliaciones que conecten otras localidades del cinturón metropolitano con la ciudad.
Mi hermano Juan Pablo Canales, arquitecto de formación, amante de Granada, de la planimetría y además del mundo ferroviario, y que ya realizó un interesante proyecto de Estación del AVE para la ciudad, ha plasmado recientemente en un plano su idea de cómo debería quedar el sistema de metropolitano de la ciudad, toda vez que el Centro de la misma conlleva una dificultad extra con el río Darro embovedado. En su propuesta da solución a la conexión de las diversas zonas metropolitanas con el centro de la ciudad, salvando ese inconveniente físico del subsuelo de la ciudad por el Centro y en superficie ante una Gran Vía que no es tan "Gran". Mediante una serie de conexiones y transbordos, la ciudad y sus pueblos circundantes se verían conectados de manera rápida y eficiente. Mediante estas palabras relanzo la propuesta de mi hermano, por si alguna mente pensante la pudiera tener en cuenta.
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