miércoles, 31 de mayo de 2023

Serenatas V. Y el arte vino de Georgia

En una sociedad y en una cultura como las actuales en las que abundan y triunfan manifestaciones musicales creadas con tanta artificialidad y simplicidad (me refiero al tan cansino reguetón y demás músicas enlatadas), descubrir nuevos talentos procedentes de otras culturas, no sólo alegra los oídos, sino que la mente se calma al percibir nuevos sonidos agradables.


Hace varios años durante la pandemia, no recuerdo el día pero sí el modo, viendo vídeos compartidos en Facebook descubrí a un grupo musical folclórico, el Trío Mandili. No sabía qué decían en la letra de aquella canción, Kakhuri, pues es un grupo de tres jóvenes mujeres (Tatuli, Tako y Mariam) que cantan en georgiano, pues son originarias de Georgia, la del Caucáso, no la de EEUU. Sonidos quizás simples pues sólo utilizan un instrumento de cuerda, pero conjuntando unas dulces voces que hablan del amor y de su país. La sensación percibida de idealismo bucólico me llenó de emociones gratas, pues las bellas cantantes entonando su canción en tales parajes idílicos acompañadas de una burra y su cría daban un toque emotivo, como de retorno a tiempos pasados más naturales en todos los sentidos (si exceptuamos que se han hecho famosas compartiendo y viralizando por el mundo sus bellos temas a través de las desnaturalizadas redes sociales internáuticas).


Desde entonces el Trío Mandili, aunque no pueda considerarme como fan acérrimo, pues poco dado soy al fanatismo, han formado parte indispensable de mi banda sonora particular mientras accedo a mi ocio de Internet.


Con el corazón enternecido por estas tres jóvenes cantantes, al igual que mi amigo José Antonio, esperábamos con ansia poder verlas actuar algún día, pero sus lugares de influencia parecían estar más en la zona Este europea. Al fin el grupo llegó a España en este mes de mayo para ofrecer tres conciertos benéficos en ayuda del pueblo ucraniano. Y como no podía ser de otra manera, mi amigo José Antonio y yo pudimos cumplir nuestro sueño de verlas y disfrutar de su música y actuación. Fue el pasado día 24 en Madrid y fue una grata experiencia que espero volver a vivir en el futuro.


El grupo en 2017 intentó representar a Georgia en el Festival de Eurovisión, pero no lo consiguieron. En nuestra breve charla madrileña se me olvidó instarles a que lo intentaran de nuevo. Hoy no puedo hacer otra cosa que recomendar a mis lectores a disfrutar de este grupo que acaricia el oído y el alma.



Actuación del Trio Mandili en Madrid. Mayo de 2023






Mi amigo José Antonio (dcha.) y yo junto al Trio Mandili en Madrid. Foto gentileza de José Antonio Martín García


martes, 30 de mayo de 2023

Serenatas IV. Mayo eurovisivo

Concluye mayo, un mes nefasto para mi integridad física. Tal como dije, uno de los pocos placeres que tengo en esos días es la celebración a mediados de mes del Festival de Eurovisión, concurso de la canción criticado en muchos sectores, ya bien sea por el cariz político que aducen tiene para el éxito de un país u otro, o por cuestiones de diversidad y de libertad sexual, tal como criticó el gobierno ultraderechista de Hungría al verlo como un festival algo así como demasiado gay.


Y si bien el espectáculo en muchas ocasiones ha dado que hablar, de unos años a esta parte lo sigo con asiduidad. Cuando era chico lo teníamos presente, lo recuerdo de forma vaga como algo destacable en dichas jornadas primaverales. Para muchos granadinos el año 2002 nos supuso un foco de atracción por la participación de nuestra conciudadana Rosa López representando a España. Y más en mi familia, como vecinos que éramos de su familia, y tras el éxito televisivo cosechado entonces del fenómeno audiovisual de Operación Triunfo en su primera edición.



Tras unos años insulsos en el que España en el Festival era sinónimo de mediocridad y chiste (recuerden en 2008 al Chikilicuatre), ha habido algunos atisbos de éxito para España, pero que incomprensiblemente para mí no llegaron a ganar, pues considero eran temas buenos y potentes, como los de Pastora Soler en 2012, Ruth Lorenzo en 2014, o Chanel en 2022.


Pero como además de lirismo y musicalidad (primeros tiempos del festival, en blanco y negro) a partir de los 2000, a ello habría que sumar la espectacularidad, y a las canciones se le sumaría toda una panoplia de luminotecnia y teatralidad que la propia canción podría verse relegada ante tales efectos. A las anteriormente citadas las vencieron Loreen en 2012 y Conchita Wurst en 2014 más espectaculares y/o inclusivas. En el caso del tercer puesto de Chanel en 2022, que seguramente podría haber ganado, le ganó la respuesta ciudadana contra Rusia y su guerra inmoral, dando así la victoria a los ucranianos.


Eurovisión, quizás de los pocos momentos televisivos que unen aún a las familias junto a las pantallas, es de las pocas retransmisiones que espero con ilusión. Aunque los prolegómenos como el Benidorm Fest en el caso español y las semifinales no me atraen, el festival en sí es momento clave en mi agenda anual de un tiempo a esta parte. Forma parte quizás de una historia europea, y de la intrahistoria de nosotros los europeos.


Pues ¿qué causa al ver y escuchar las primeras ediciones del festival? A mí que no las viví, nostalgia. Músicas de un ayer ya fenecido, músicas que quizás escucharon nuestros mayores y formaron parte de su vida. Temas inolvidables como el de Domenico Modugno (Italia, 1958) , el de Gigliola Cinquetti (Italia, 1964), el de France Gall (Luxemburgo, 1965) y otros muchos. A esos habría que sumarles los maravillosos temas españoles interpretados por Raphael, Karina, Julio Iglesias, Mocedades... Fue la época dorada de la música melódica en nuestro país. En los años 80, temas que podrían haber ganado como el del grupo Bravo en 1984 y en los 90, temas tan clásicos ya como los de Azúcar Moreno o Sergio Dalma. No tan conocido hoy en día pero potentísimo, el de Anabel Conde de 1995 pudo haber sido vencedor en dicho Festival por muy poco.


En el futuro espero que el festival siga dándonos nuevas alegrías, eso significará que Europa aún tiene ganas y capacidad de celebrarlo y una III Guerra Mundial no haya sido iniciada por Putin, el gran enemigo de Europa. La música, por mucha competición que pueda haber en el festival por conseguir ser el número uno, creo que hace más por la paz, la integración y comunión entre los europeos. Así lo veo yo.


Despido el mes acordándome del pasado festival y su canción ganadora (por segunda vez Loreen) y la número dos, las de Suecia y Finlandia respectivamente, que tanto ganó una como podría haberlo hecho la otra. Dos temazos que me acompañarán las próximas semanas hasta que dentro de casi doce meses algún otro tema lo sustituya y gane su puesto tanto en la Historia como en mis recuerdos.


Loreen representa a Suecia en Eurovisión 2023

Loreen representa a Suecia en Eurovisión 2023


domingo, 28 de mayo de 2023

Serenatas III. La fiesta de la democracia

El mes de mayo que en teoría ha de ser maravilloso por eso del revivir de la naturaleza, en cambio a mí siempre me supone un verdadero suplicio, pues dejo de ser persona durante larguísimas semanas de estornudos, picores y demás incomodidades alérgicas. Esta segunda quincena del mes, por suerte a causa de las benditas lluvias, estas sensaciones casi han desaparecido, aunque por el otro lado, la alergia se extendió en el tiempo en el otro lado del padecimiento, pues comenzó mucho antes. Son las desventajas del estar vivo en un tiempo como el actual en el que el número de alérgicos va creciendo dramáticamente. ¡Qué tiempos aquellos en los que la primavera era el tiempo en el que se podía pasear por la naturaleza sin temor a estornudar!


Más allá del engorro y el sentimiento de asco que siento por este mes, lo único que me agrada de él año tras año es un asunto tan trivial y vilipendiado en muchos sectores como es el de la celebración del Festival de Eurovisión (que comentaré en breve), y cada cuatro años, otro asunto que en teoría no ha de ser trivial, pero que sus protagonistas hacen que parezca una comedia de bajo presupuesto. Es la Fiesta de la Democracia, las elecciones municipales, que otorgan una pizca de vitalidad a mis cabeceras periodísticas. He de admitirlo, me gusta votar, nunca he faltado a una cita con las urnas, aunque nuestra clase política muchas veces nos haga alejarnos de nuestro derecho ciudadano a causa de sus infantiles, manipulados y demagogos enfrentamientos.


En todos los procesos electorales nos vemos inundados de palabrería vacua, seguramente lanzada por los políticos profesionales para atraernos a bailar al son de su música. Una música que en definitiva sólo sirve para su ego. A pesar de ello sigo creyendo en la Democracia, por mucho que me haya alejado de la clase política y haya acumulado bastante desprecio por ellos. Esa clase política a la que yo un día sostuve y apoyé con mi desconocimiento e ilusorio idealismo. Hoy, alejado de ese mundo, testimonialmente he ayudado en esta jornada con la inclusión de mi nombre en una papeleta que no tenía garantías de conseguir nada, más allá del testimonio por unos ideales que creo fervientemente deben aumentar entre la población de manera transversal. Pero eso es otra historia, la de las tipologías de animales en nuestro mundo.


Ya ha terminado la fiesta de la Democracia de hoy, a final de año habrá otra mucho más entretenida si cabe. También hay que recordar que se ha de tener cuidado con las fiestas, sean las que sean, porque muchos se sobrepasan, cometen excesos, y la resaca les puede pasar factura. Así que les insto a nuestros políticos a gobernar con cabeza en beneficio de la comunidad, que si no, nos vemos en la próxima fiesta y ésta quizás no sea tan divertida para muchos de ellos. Nuestros políticos son siempre de contarnos cuentos para dorarnos la oreja, así que hay que seguir haciéndonos los sordos por nuestra propia salud mental. Lo bueno es que entre tanto cuento, el de la Ratita Presumida ya se terminó.


Post scriptum 29-5-2023: la Fiesta de la Democracia prevista para final de año (elecciones legislativas) ha sido adelantada para el próximo mes de julio. Sigue el espectáculo, diversión a raudales. 


Marifrán Carazo y Paco Cuenca, candidatos a la Alcaldía de Granada en 2023. Fuente: Granada Hoy y Ayuntamiento de Granada