martes, 29 de agosto de 2023

Apuntes genealógicos XII. Joaquín Amigo Aguado

Hay momentos clave en el devenir de los países que se convierten en hitos trascendentales en los libros de Historia. La Guerra Civil española (1936-1939) significó un momento traumático para todos aquellos españoles que vivieron en su solar durante aquellos dramáticos tres años en los que la barbarie y el sufrimiento reinaron por doquier. Una lucha entre hermanos enfrentados ideológicamente a la que se llegó tras años de larvada enemistad política y social, y espoleados por un golpe militar que se alzó contra el gobierno del Frente Popular de la II República Española.


De este modo, en todas las familias españolas actuales ha de haber como mínimo alguna historia familiar donde se recuerden tales momentos de dramatismo patrio, las carencias que se vivieron, el miedo reinante, la memoria de aquellos que fueron al combate y jamás regresaron, o el recuerdo de aquellos que en la retaguardia fueron sacados con oprobio de sus vidas y fueron lanzados al olvido de la historia bajo una polvorienta cuneta. Tema interesante a nivel historiográfico, la realidad política actual vilipendia la justa reparación de los olvidados o ensucia la memoria de aquellos que ya fueron homenajeados, según quien sea el actor político que desde las tribunas de hoy en día lance sus soflamas como si aquellos meses de sangre y fuego no hubieran servido para mostrarnos enseñanzas de relieve.


Los datos familiares más cercanos que tengo a aquellos días son los testimonios que mi familia ha conservado sobre mi abuelo paterno Francisco Canales Ginés, combatiente en el bando republicano en el frente cordobés, y el de mi tío abuelo materno José María Garrido Lopera, combatiente nacional en la gélida batalla de Teruel; ambos por suerte supervivientes de aquel horror. Y en cuanto a víctimas mortales se refiere, en mi círculo familiar más cercano, tengo que remontarme a un tío bisabuelo materno, Matías Lopera Delgado, masón de Izquierda Republicana que fue asesinado en San Roque (Cádiz). Obviamente, como todos estamos unidos en la infinita tela de araña genealógica, cuanto más nos remontemos en el tiempo, más nexos genealógicos encontraremos con muchas víctimas de la Guerra Civil. En mi investigación ya de años he descubierto algunas de ellas, y hoy quiero hablar de un caso que no es desconocido, pues la víctima fue una persona conocida y reconocida en su tiempo, y que el pasado fin de semana se cumplieron 87 años de su asesinato en aquella guerra.


Hablo de Joaquín Eusebio Amigo Aguado, y buceando por internet encontraremos fácilmente información sobre su vida, obra y muerte. De hecho hace poco se ha publicado una novela sobre él y su relación de amistad con un autor de renombre como fue Federico García Lorca. Joaquín nació en Granada en 1899, hijo de Joaquín Amigo del Olmo y de Encarnación Aguado López. Era primo 3º de mi bisabuelo José María Garrido Hernández, así que ambos descendemos del matrimonio granadino formado por Juan José Amigo Chacón y María Francisca Fernández. Esos antepasados de los Amigo se dedicaban al arte de la lana, eran tejedores y jornaleros, como muchos de los habitantes del Albayzín donde habitaron. En algún momento dado la rama de la familia de Joaquín pudo ascender socialmente, pues él estudió y se dedicó a otro arte, el de las letras (quizás gracias a que su abuelo Francisco Amigo Gómez fue negociante y su padre agente comercial y primer presidente del Colegio Oficial de Agentes Comerciales de Granada). Joaquín fue miembro de la tertulia "El Rinconcillo," redactor de la revista lorquiana El Gallo en 1928, revista efímera de su amigo el poeta Lorca. Y aunque Lorca, de posición social más elevada que la de Amigo, se posicionó a favor de la República y en contra de la burguesía granadina, Joaquín Amigo era conservador y católico.


Amigo fue miembro del Ateneo Científico y Literario de Granada y como licenciado en Filosofía y Letras estuvo destinado como catedrático en el instituto de Ronda (Málaga) y allí le pilló el inicio de la Guerra Civil. Estaba casado desde 1934 con María del Rosario de la Quintana López y tuvo una hija, y en el momento de su  asesinato su esposa estaba embarazada del que sería su hijo póstumo. El día 24 de agosto de 1936 las crónicas dicen que fue detenido en su casa por los frentepopulistas y asesinado tres días después al ser lanzado por el Tajo de Ronda. En la partida de defunción indica que fue asesinado junto a las tapias del Cementerio, pero su cuerpo no apareció.

Relación del profesorado del Instituto de Ronda. Fuente: Guía Oficial de España 1935, página 622.


Cruel guerra que en cuestión de pocos días de agosto vio morir de la manera más trágica y asesina posible a dos grandes amigos, que a pesar de sus diferencias ideológicas no se hicieron la guerra, fueron los intolerantes de siempre los que necesitaron eliminar a dos mentes preclaras que hoy se mantienen vivas a pesar de que de vez en cuando se oiga a lo lejos tambores de una nueva deseada guerra. Que el recuerdo de ambos ayude a que no sea así.

En esta fotografía, tomada en Granada el 5-5-1929 podemos ver a un grupo de personas en el homenaje tributado a Federico García Lorca y Margarita Xirgu por la presentación de la obra "Mariana Pineda" en el Hotel Alhambra Palace. Junto a Lorca (sentado en silla primero a la izquierda) y Xirgu (sentada en silla segunda por la izquierda), aparecen conocidas personalidades granadinas de la época como Fernando de los Ríos (de pie con barba tras Margarita Xirgu), Manuel de Falla (sentado en silla en el centro), Constantino Ruiz Carnero (última fila con gafas tercero por la derecha), Luis Seco de Lucena (tras Manuel de Falla a la derecha) o el propio Joaquín Amigo Aguado (de pie fila intermedia 4º por la izquierda). Fuente: https://www.universolorca.com/vinculo-obra-literar/pro_02-76/


Para saber más:

https://www.elmundo.es/cultura/literatura/2022/02/18/620e8d9521efa02c0a8b45a7.html