martes, 24 de septiembre de 2019

Emergencia climática, ¿para todos?

El pasado fin de semana envié un artículo al diario Ideal hablando sobre mis últimas percepciones en relación al Cambio Climático. Finalmente hoy el periódico ha incluido mi artículo, modificado ligeramente en cuanto a tiempos verbales por la celebración de la cumbre de la ONU que aún no se había celebrado cuando lo escribí, y la inclusión de una tilde que no debía ir en el apellido de mi abuelo. A continuación cuelgo mi artículo tal como lo escribí:

Emergencia climática, ¿para todos?

Periódico Ideal, martes 24-9-2019, página 25. Pinchar sobre la imagen para ampliar.

Llevo ya tiempo viendo con preocupación cómo el declive del medio ambiente se hace más patente, cosa que para algunos, demasiados aún, no quieren darse por aludidos. La otra tarde por casualidad me crucé con la manifestación por el clima que cruzaba las calles de nuestra ciudad, una de tantas que durante ese día se celebraban a lo largo del mundo, precediendo además a la cumbre que se celebra el lunes en la ONU sobre el tema. Pensé en sumarme a la marcha del pasado viernes, pues veo con mucha simpatía y necesidad una visión ecologista que cambie nuestras mentes en pos de una mejor interacción de nuestra especie con el resto del ecosistema, pues es en definitiva la buena salud de éste el que nos permite la supervivencia. Pero la manifestación, de un tema tan crucial para toda la Tierra, hacía alarde al menos en Granada de una tendenciosidad izquierdista palpable, notándose en algunas pancartas exhibidas y en algunos cánticos entonados: al ya clásico “¿dónde están?, no se ven los niñatos del PP”, habría que sumarle los gritos de voces comunistas achacando la culpabilidad de todo este problema al capitalismo. Cosa que por otro lado es una manifiesta simplificación. Y aunque no dudo que entre los convocantes, algunos colectivos y personas a título individual tengan otras impresiones al respecto, la batuta de este tipo de marchas siempre la llevan los mismos. Y estas proclamas grupales que no representan a todos, seguro que echan a muchos atrás a la hora de sumarse a tan digna causa. Fue así como me quedé en ella, pero sólo como espectador.
Es obvio que el capitalismo tan salvaje que vivimos coadyuva a la podredumbre en la que vive nuestro planeta. Pero muchos de esos que así lo indican, desde su visión comunista, quieren hacernos creer que el sistema alternativo que pretenden implantar es la panacea para erradicar de raíz dicha emergencia climática. Y no, no creo que sea así, no sólo por los casos en que las diferentes versiones del socialismo histórico han esquilmado el medio ambiente (por ejemplo cuando la URSS casi deseca el Mar de Aral, su participación en la guerra armamentística con su daño nuclear, o la destrucción ecológica de la China de Mao), sino porque ante la realidad que vivimos de casi 8.000 millones de personas queriendo alimentarse, me resulta del todo imposible que puedan llegar a ponerse en práctica las utopías que proponen, por muy dulces que puedan parecer.
Hay en el neoliberalismo y los movimientos populistas de extrema derecha muchos negacionistas del cambio climático, y aluden a que este ecologismo que se está poniendo de moda es un negocio (supongo que en alusión a lobbys, ONG’s y comercio alternativo), pero el verdadero negocio, valga la redundancia, es el consumismo galopante que nos obliga a adquirir productos sí o sí. La izquierda, ya desde las últimas décadas del siglo XX adoptó para sí diversas causas sociales en un momento en que el enfrentamiento entre bloques ideológicos cambiaba a favor del sistema capitalista. Desde entonces, los anticapitalistas y la izquierda en general han tomado la bandera del ecologismo, y la derecha por tanto, no sólo por un egoísta interés económico, ha dejado de lado esta defensa del planeta. Y dado que es un problema global que nos perjudica a todos, es hora de que cambie nuestro paradigma mental con respecto a la ecología, es necesario adoptar uno nuevo. Creo que el capitalismo más voraz, aquel en el que se nos insiste en consumir como si no hubiera un mañana, es un peligro para el ecosistema, pero el comunismo que esos gritones de pancarta pretenden que adoptemos como solución a la crisis ecológica no creo que sea solución de nada. El cambio de paradigma ha de contar con todos, unos, tras quitarse la venda del negacionismo deben de abandonar la inmadura dejadez que en este tema han hecho, y los otros, por mucho que les cueste deberán de no instrumentalizar un asunto que nos atañe al conjunto de la Humanidad, para así invitar a los demás a sumarse.
Ciertamente la tarea no es fácil, yo admito que no tengo la solución, pero hagamos caso por fin a quien de esto sabe, y no en cambio a aquellos que lo único que les interesa es el beneficio momentáneo de sus bolsillos a costa de la salud del planeta. Hemos emprendido el camino tarde y está cerca de cumplirse la hora. Pero si durante el camino nos entretenemos en discutir sin fin qué ruta coger, al final no emprenderemos ninguna. Sentémonos sólo un momento para ponernos de acuerdo, y ya con decisión conjunta revertamos en la medida que sea posible los efectos de nuestros errores climáticos. Así por tanto pon de tu parte.


Francisco J. Canales-“Azaustre
Licenciado en Historia

miércoles, 12 de junio de 2019

Fuimos Niños del Mundo

He de admitir que son pocas las veces en las que algo bonito me conmueva tanto hasta el extremo de que se me salten las lágrimas. El pasado domingo 9 de junio fue una de esas ocasiones. En el concierto que la Orquesta Clásica de Granada celebró en el Palacio de Congresos y bajo la batuta del maestro Miguel Sánchez Ruzafa, tuvo lugar un homenaje musical a tres grandes personas que lamentablemente ya no están entre nosotros.

Ese homenaje, magnífico colofón a un ya extraordinario concierto, fue a la madre Espadafor. Encarnación Espadafor Caba (ca. 1934-2014), religiosa del Colegio Sagrada Familia de Granada fue la maestra que insufló el amor por la música en multitud de jóvenes, con sus enseñanzas a través del coro del colegio. Y el homenaje que se le tributó se hizo extensivo a dos personas igualmente entrañables, el compositor Francisco Higuero Rosado (1933-2016) y a mi tío-abuelo el escritor José María Garrido Lopera (1919-1983). Ambos fueron los que compusieron respectivamente la música y letra del himno "Niños del mundo" y la nana "Ángel de Dios". La madre Espadafor fue la que en 1979 puso forma a dicho himno, interpretándose con su coro de niñas en el Auditorio Manuel de Falla en las navidades de aquel año, Año Internacional del Niño, y retransmitido por TVE.


Así pues, para concluir el mencionado concierto-homenaje, y tras unas bellas palabras de Inmaculada López Sánchez glosando las figuras de los tres homenajeados, la Orquesta interpretó el himno "Niños del mundo", cantándolo las antiguas alumnas de la madre Espadafor, de su coro, así como los niños del coro infantil "Al Zagal". Enlazo dos vídeos de Anni Raunio, el primero con la intervención de Inmaculada López exponiendo su homenaje, y el segundo con la interpretación de "Niños del mundo".




Esta bella pieza musical, enternece el alma, no sólo por los niños que hoy día viven en este mundo a mejorar, sino porque nosotros mismos fuimos niños una vez en aquel mundo que ya no ha de volver.

miércoles, 6 de marzo de 2019

Segunda colaboración con revista Alhóndiga

Mediante esta entrada informo a los que puedan estar interesados, que se acaba de publicar el número 13 de la revista Alhóndiga, magnífica revista para conocer historias y curiosidades de Granada y sus gentes.

Presentación del número 13 de la revista Alhóndiga en el Palacio de los Condes de Gabia.

Dada mi afición por la Genealogía y el interés por preservar la historia de mi familia me decidí a hacer unas pequeñas biografías de dos tíos-abuelos míos, que fueron relevantes en la historia social y cultural de la ciudad. Ya el año pasado se publicó en dicha revista una biografía de José María Garrido Lopera, maestro y autor de libros infantiles. Ahora, en el mencionado número 13 se ha publicado un artículo mío con la biografía que he trazado sobre el escultor Aurelio López Azaustre. Una biografía que completa además a la charla que co-impartí el pasado mes de octubre sobre su vida y obra en la Hermandad de la Concepción del Albayzín.

Imagen de la Concha, obra de Aurelio López Azaustre.

Por ello, y por los demás artículos presentes en la revista, escritos por prestigiosos autores (Manuel Ruiz y los cines de Granada, Ismael Ramos sobre el Trío Albéniz, Jorge Marco sobre los maquis Quero, Ángel Rodríguez sobre el yacimiento de los Mondragones, etc), os recomiendo haceros con este interesante número.

miércoles, 6 de febrero de 2019

Andén 0, viajando al pasado en el subsuelo de Madrid

Fue hace aproximadamente una década, mientras pensaba absorto en mis asuntos mirando a la oscuridad de los túneles desde un vagón de metro en Madrid, cuando en mitad del trayecto entre las estaciones de Bilbao e Iglesia me asusté al ver figuras espectrales ante lo que parecía ser un lugar fantasmagórico y mágico situado a decenas de metros de la superficie de la gran urbe. Ese fugaz momento misterioso entre dichas estaciones de la línea 1, supuso para mí un sobresalto imaginativo. Después, me enteré que lo que acababa de ver no era una aparición paranormal entre el suelo de Madrid, sino que era la estación de Chamberí del suburbano madrileño, estación abandonada décadas atrás ante el imparable desarrollo de la red del metropolitano a lo largo de su horadado suelo.

Vestíbulo de entrada de la Estación de Chamberí

Esa aparición fulgurante, debido a lo impactante que fue, me dio a entender que aquello era algo con cierta relevancia. Dada la velocidad del metro que pasó ante ella, no daba tiempo material a cerciorarse de qué es lo que era aquello que se intuía. Se trataba pues de una de las primeras estaciones del metro madrileño, inaugurada como el resto de la línea en 1919, obra del arquitecto gallego Antonio Palacios. Dicha estación tuvo que cerrarse en mayo de 1966 debido a las obras de mejora del metro, la modificación de los trenes que eran más largos y la dificultad de acometer dichos cambios en una estación como esa, en curva, y la cercanía que había entre las estaciones precedente y siguiente. Por suerte, Metro de Madrid recuperó hace pocos años dichas instalaciones como enclave museístico para dar a conocer a la ciudadanía cómo era una estación de metro de Madrid décadas atrás. Hace pocos días, y tras años queriendo visitarla, pude adentrarme en ella, realizando un auténtico viaje al pasado, y poder ver las instalaciones tal como quedaron hace más de medio siglo. Andar por esas galerías, no sólo era viajar al pasado, sino también trasladarse en cierta manera al suburbano parisino, del cual se inspiraba seguramente Palacios para la construcción y decoración del metro madrileño.

Andén de la Estación de Chamberí

Andén de la Estación de Chamberí mientras circula un convoy del metro

La visita en sí me hace reflexionar activamente…. Bajo por esa escalera de nueva construcción, en un descenso que hacían hace décadas otras personas en un mundo completamente diferente. Se me aventura una sosegada visita, pero un monstruoso ruido del circulante metro me advierte de todo lo contrario. Pararse en esos andenes lúgubres y yermos de personas en tránsito daba cierta inspiración mental, dejarse llevar a un tiempo pasado con la decoración de anuncios de otra época, todo acompasado por un hilo musical preparado por Metro de Madrid, con música de jazz o charlestón que nos ayuda a ese viaje a tiempos fenecidos. Mientras, el viaje sigue, pero no para los que allí estábamos reunidos. Frente a nosotros, el metro y sus millones de pasajeros siguen su camino entre estaciones. Unas mamparas transparentes que impiden acceder a la vía, facilitan ver un reflejo fantasmal, de nosotros mismos ante un tiempo pasado que no nos pertenece. Parece que estamos ahí esperando coger el siguiente tren, pero anclados en el pasado o quizás en una estación equivocada, la máquina pasa frente a nosotros a gran velocidad sin que tengamos oportunidad de subir. Mientras los vagones pasan velozmente frente a nosotros vemos dentro las caras de sus pasajeros, impasibles a nuestra presencia, leyendo sus libros o hablando con su gente. Ya ni siquiera miran por las ventanillas a lo que fue Estación fantasma. Se van por el túnel, continúan su camino a través del Hades madrileño con un ruido chirriante y violento. Mientras, yo sigo en las profundidades de mi reflexión esperando salir a la luz del día.

Imagen del andén de la Estación de Chamberí desde el andén situado enfrente, tras una mampara en la que se ve mi reflejo


Francisco J. Canales-"Azaustre"


Estación de Chamberí mientras un convoy de metro cuasi fantasmagórico circula por ella



Para saber más:




Chamberí: el fantasma despierta (ABC):

Chamberí resucitará 40 años después (ABC):

De estación fantasma a museo (El País):

Viaje por los túneles del tiempo (ABC):

El cierre de la estación de Metro de Chamberí cumple medio siglo entre leyendas y fantasmas (ABC):
https://www.abc.es/espana/madrid/abci-cierre-estacion-metro-chamberi-cumple-medio-siglo-entre-leyendas-y-fantasmas-201605212011_noticia.html