jueves, 3 de noviembre de 2016

Soñé por un momento que era aire

Asqueado cada vez más de la insoportable situación que vivimos con la contaminación que nos rodea y que se ha podido observar estos últimos días en Madrid, me desahogué con una carta que escribí, y que mandé a los diarios ABC e Ideal de Granada. Aquí cuelgo mi texto íntegro, así como la foto de mi carta, publicada extractada y con el título limitado en el diario granadino el 3 de noviembre de 2016. El título me lo dio el grupo Mecano, mientras su mítica canción revivía en mi mente mientras pensaba sobre este mi escrito.


He vivido durante casi toda mi vida en Granada, una ciudad mediana en la que la naturaleza reina junto a sus maravillosas vistas y bella esencia. A pesar de esa naturaleza sin par, en muchos momentos es una de las ciudades con índices de polución más grandes. Ahora que vivo en una gigantesca urbe como es Madrid, la contaminación discurre sobre nuestras cabezas, expulsada de manera despreocupada por miles de ciudadanos que van a sus quehaceres cotidianos, y otros… no tanto, tan sólo les gusta conducir, como decía el anuncio. Es probable que pronto nos veamos como Michael Jackson o cual asiáticos al tener que llevar mascarillas faciales para poder respirar entre tanta mugre que se infiltra en nuestras pituitarias. Delegamos en los políticos la solución a los problemas, muchos de ellos problemas que provocamos nosotros sin preocupación alguna, en la creencia de que alguien lo arreglará por nosotros. Hasta que esto no tenga arreglo, entonces ya vendrán el arrepentimiento y la lamentación. El transporte público, que debería ser potenciado y convertido en ecológico, en muchas localidades tendría que mejorar el servicio para evitar una gran parte de esta polución sin fin. Pero lo difícil será cambiar las mentalidades. Muchos utilizan coches y motos para trasladarse en viajes justificados, pero otros abusan de su uso para trayectos innecesarios. Son los “no sin mi coche”, los que piensan que les queda más chic el conducir un automóvil, que sea mejor que el de su vecino, pues así resaltan en algo, haciéndose notar ante los demás por la potencia motora que les pasea ante la vista de todos. La sociedad del consumo desenfrenado, la falsa creencia de que poseyendo un coche les hace merecedores de respeto o atracción, su egoísmo ecológico, y su egocentrismo nos están matando a todos. Si queréis mataros hacedlo aspirando por una goma el tubo de escape de vuestros coches si es que tanto os gusta, pero al resto dejadnos vivir. Es obvio que todos necesitamos comer todos los días, y también es verdad que millones de personas lo hacen gracias a unos puestos de trabajo que se basan en matarnos poco a poco (industria del automóvil, tabaco, industria armamentística,…). ¿Cómo se cambia un sistema que nos está liquidando pero que a la vez beneficia momentáneamente a muchas personas en detrimento primero de unos pocos y a la larga de todos? Esos trabajos que dan beneficio a unas personas a corto plazo, nos perjudica a todos en todos los plazos posibles. Imaginad a vuestros nietos recordándoos con desprecio bajo su escafandra respiratoria. Es cuestión de que sopeséis qué os interesa más, qué tipo de vida queréis llevar y la que estáis condicionando a vuestra descendencia. Yo ya lo decidí hace tiempo. ¿A qué esperas tú?


Francisco José Canales-"Azaustre"

Mi carta en el diario Ideal de Granada, jueves 3 noviembre 2016, pág. 29.

1 comentario:

  1. Estoy de acuerdo contigo, Madrid me resulta cada vez más tristemente insoportable.Las medidas que se toman son escasas y hasta este punto podíamos no haber llegado...pero claro no interesa.

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