domingo, 11 de febrero de 2024

Sucesos de antaño (VII). Tras los pasos de ETA en Madrid

Desde que tengo uso de razón, recuerdo que siempre me han fascinado las crónicas, la sucesión de acontecimientos que tienen lugar y que son resultado de los procesos históricos. Quizás por ello me interesé desde pronto por la Historia y el Periodismo, decantándome en mi formación por la rama histórica. Dentro de la historia de mi país y en general como uno de los elementos que han conformado nuestras sociedades actuales, me interesé y preocupé desde entonces por el estudio de un fenómeno como es el del terrorismo y la violencia política. Siendo nuestro país uno de los que más gravemente ha sufrido esa lacra, son ya muchos los años en los que he leído al respecto y he sacado conclusiones particulares.

En mi juventud salí del nido granadino y emprendí aquello que se supone que se ha de hacer cuando se independiza, conocer mundo. Aunque no demasiado lejos de estas tierras andaluzas, me afinqué en la capital del Reino, Madrid, para proseguir allí mis estudios, empapándome del sentir capitalino y mezclándome con todos aquellos seres y vivencias que siempre habíamos visto al otro lado de la pantalla. Eventos sociales, manifestaciones políticas.... todo en Madrid era gigantesco y abrumaba. Siendo como es la capital del país, la ciudad ha sido objetivo claro de los terroristas, y es junto a las provincias vascas y Navarra, el lugar donde más atentados, heridos y asesinados ha habido a lo largo de estos casi 50 años de Democracia.

Y aunque la situación en ese sentido estaba más tranquila, pues el GRAPO estaba aniquilado y ETA en sus horas más bajas, a pesar de ello, los terroristas rompieron su última tregua trampa con el atentado en el Aeropuerto de Barajas del fin de año de 2006, donde fueron asesinados dos ciudadanos ecuatorianos. Más tranquilidad, pero con mis ojos de cronista mientras paseaba por las calles de mi nueva ciudad, pasaba por todos aquellos lugares que un día fueron lugar de sangre y horror: la plaza de la República Dominicana, la calle del Correo, plaza de la Cruz Verde, calle Claudio Coello, calle Ríos Rosas,...

Fue en esos momentos cuando me apunté para asistir como público a uno de aquellos eventos que siempre veía a través de la televisión. Acudiría a la Audiencia Nacional a una sesión de un juicio contra un simpatizante de ETA. Mientras tanto, febrero del año 2009, me acordaba de un suceso que como granadino me impactó sobremanera y que en esos días se iban a cumplir 12 años de que ocurriera. Ya lo he comentado en mi blog, fue el atentado que ETA cometió en mi barrio de Granada con un coche bomba contra un furgón del Ejército del Aire, atentado en el que fue asesinado Domingo Puente. Un día antes de esa efeméride me levanté en mi casa del distrito de la Latina con un gesto que entonces hacía a diario: encender mi pequeña radio a pilas para escuchar las noticias de RNE mientras terminaba de espabilarme. Pero fue una acción rápida, pues las primeras noticias que oí fueron a cerca de un nuevo atentado de ETA, esta vez en Madrid, la ciudad en la que entonces residía. Rápidamente preparado, decliné asistir a mis clases de Historia en la UCM para ser testigo en vivo de un párrafo de un triste capítulo de la Historia de España.

Por suerte no hubo víctimas. Resultó ser el típico atentado etarra contra intereses económicos. En la Transición, ETA se apuntó y en cierta manera se apropió del movimiento ecologista en el País Vasco cuando atentó en innumerables veces contra las empresas que estaban involucradas en la construcción de la Central Nuclear de Lemóniz. Tras muchísimos atentados en los que murieron asesinadas y resultaron heridas decenas de personas, el proyecto nuclear se paró, dando así una victoria moral a los terroristas. Diez años después los terroristas quisieron emular esa victoria con una cadena de atentados contra empresas y personas que estaban involucradas en la construcción de la autovía de Leizarán, entre Guipúzcoa y Navarra. Debido a la presión etarra, el trazado se modificó. En la ocasión que aquí nos ocupa, los terroristas se involucraron de nuevo en una campaña de atentados contra empresas que estaban relacionadas con la construcción de la Y Vasca, la conexión ferroviaria entre las capitales vascas y Francia. Sólo dos meses antes, en diciembre de 2008, los etarras asesinaron en Guipúzcoa al constructor Ignacio Uría, cuya empresa tenía una concesión para construir en la Y Vasca.

Otra de esas empresas adjudicatarias para la construcción de esa vía de alta velocidad era Ferrovial-Agromán. Y fue precisamente en la sede que dicha empresa tiene en Madrid, donde los terroristas colocaron un coche bomba, en la calle Ribera del Loira, junto a las vías del tren y bajo un puente. La explosión afectó gravemente a los vehículos cercanos, y levemente en apariencia al edificio atacado. Cuando salí de la estación de metro más cercana, en las cercanías del Parque Juan Carlos I, pasé por el Palacio de Congresos, la zona de IFEMA, donde también ETA estalló otro coche bomba horas antes de la inauguración de la Feria ARCO, ese mismo día de 2005, 4 años antes. Entonces, más de 40 personas resultaron heridas. Acordándome de aquello, llegué a la zona más cercana que permitía el perímetro policial, la calle Ribera del Sena, justo al otro lado de la vía férrea con una amplia visión de la zona afectada. Allí y con las exclamaciones exageradas de una lugareña, curiosos y periodistas nos asomábamos al delirio de unos vascos que venían a Madrid de la única manera que sabían. Fue la tercera vez en mi vida que fui testigo presencial de los efectos inmediatos de un atentado terrorista, esta vez fuera de mi ciudad. Aquel fue el último atentado de ETA en Madrid, y ese año fue el último en que la banda asesinó en España, siendo 2010, el año del último asesinato de la banda, ocurrido en Francia. Por fin, en 2011 la banda terrorista anuncia el cese definitivo de la violencia. Tantos años y tanto sufrimiento después, aquello queda como un mal sueño.

Cuando ocurrió aquel atentado, me llamó la atención su coincidencia en el tiempo con el juicio al que iba a asistir como público justo al día siguiente. Al saber del atentado y pensando en los acompañantes del enjuiciado, se me ocurrió aquello de que "estos no han venido solos". Y un día después allí me vi en la Audiencia Nacional, en compañía de otras personas con las que compartía pensamientos políticos, entrando como ciudadanos a un juicio a puerta abierta contra Pedro María Olano Zabala, candidato que fue de ANV. En el juicio se le acusaba de amenazas de muerte en 2007 contra Regina Otaola, alcaldesa de Lizartza (Guipúzcoa) por el PP. Allí me encontré en la entrada del edificio, arropando a la alcaldesa, que se encontraba acompañada de otros dirigentes del PP vasco como Arantza Quiroga y Leopoldo Barreda. Ya en la sala, y bajo la presidencia del juez Javier Gómez Bermúdez, el acusado se sentaba frente a nosotros. Mi percepción del momento, fue claramente de impacto de encontrarme en un lugar así, como tantas veces había visto en la televisión con rabia y asco por los que allí se sentaban acusados de tan viles crímenes. Días después, la Audiencia lo condenó a dos años de cárcel por dichas amenazas. Y aunque evitó la cárcel, fue detenido en enero de 2010 y enviado a prisión como miembro de un grupo de ETA que atentó en 2001 hasta en 3 ocasiones contra el entonces presidente del Gobierno José María Aznar. Olano era el responsable de un lanzamisiles que activaron contra el avión de Aznar durante sendas visitas al País Vasco durante su campaña electoral. Por suerte, el lanzamisiles tenía un fallo y no pudo lanzar los misiles, por lo que ETA no pudo modificar la Historia de España. Eso sí, Aznar puede considerarse un gran superviviente de ETA, pues a esos tres intentos de asesinato en 2001 habría que sumarle el atentado que sufrió en Madrid con coche bomba en 1995 cuando era candidato a la presidencia del gobierno, y que casi le cuesta la vida.

En aquellos días de febrero de 2009 vi la cara al Terrorismo, desde dos perspectivas que aquí dejo para mis memorias. Y repito, que sólo se quede en un mal sueño.

Yo con otras personas cerca de Regina Otaola en la entrada de la Audiencia Nacional. Fuente: https://www.elmundo.es/elmundo/2009/02/10/espana/1234277873.html

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