El pasado fin de semana envié un artículo al diario Ideal hablando sobre mis últimas percepciones en relación al Cambio Climático. Finalmente hoy el periódico ha incluido mi artículo, modificado ligeramente en cuanto a tiempos verbales por la celebración de la cumbre de la ONU que aún no se había celebrado cuando lo escribí, y la inclusión de una tilde que no debía ir en el apellido de mi abuelo. A continuación cuelgo mi artículo tal como lo escribí:
Emergencia climática, ¿para todos?
Periódico Ideal, martes 24-9-2019, página 25. Pinchar sobre la imagen para ampliar. |
Llevo ya tiempo viendo con preocupación cómo el declive del medio ambiente se hace más patente, cosa que para algunos, demasiados aún, no quieren darse por aludidos. La otra tarde por casualidad me crucé con la manifestación por el clima que cruzaba las calles de nuestra ciudad, una de tantas que durante ese día se celebraban a lo largo del mundo, precediendo además a la cumbre que se celebra el lunes en la ONU sobre el tema. Pensé en sumarme a la marcha del pasado viernes, pues veo con mucha simpatía y necesidad una visión ecologista que cambie nuestras mentes en pos de una mejor interacción de nuestra especie con el resto del ecosistema, pues es en definitiva la buena salud de éste el que nos permite la supervivencia. Pero la manifestación, de un tema tan crucial para toda la Tierra, hacía alarde al menos en Granada de una tendenciosidad izquierdista palpable, notándose en algunas pancartas exhibidas y en algunos cánticos entonados: al ya clásico “¿dónde están?, no se ven los niñatos del PP”, habría que sumarle los gritos de voces comunistas achacando la culpabilidad de todo este problema al capitalismo. Cosa que por otro lado es una manifiesta simplificación. Y aunque no dudo que entre los convocantes, algunos colectivos y personas a título individual tengan otras impresiones al respecto, la batuta de este tipo de marchas siempre la llevan los mismos. Y estas proclamas grupales que no representan a todos, seguro que echan a muchos atrás a la hora de sumarse a tan digna causa. Fue así como me quedé en ella, pero sólo como espectador.
Es
obvio que el capitalismo tan salvaje que vivimos coadyuva a la podredumbre en
la que vive nuestro planeta. Pero muchos de esos que así lo indican, desde su
visión comunista, quieren hacernos creer que el sistema alternativo que
pretenden implantar es la panacea para erradicar de raíz dicha emergencia
climática. Y no, no creo que sea así, no sólo por los casos en que las
diferentes versiones del socialismo histórico han esquilmado el medio ambiente
(por ejemplo cuando la URSS casi deseca el Mar de Aral, su participación en la
guerra armamentística con su daño nuclear, o la destrucción ecológica de la
China de Mao), sino porque ante la realidad que vivimos de casi 8.000 millones
de personas queriendo alimentarse, me resulta del todo imposible que puedan
llegar a ponerse en práctica las utopías que proponen, por muy dulces que
puedan parecer.
Hay
en el neoliberalismo y los movimientos populistas de extrema derecha muchos
negacionistas del cambio climático, y aluden a que este ecologismo que se está
poniendo de moda es un negocio (supongo que en alusión a lobbys, ONG’s y
comercio alternativo), pero el verdadero negocio, valga la redundancia, es el
consumismo galopante que nos obliga a adquirir productos sí o sí. La izquierda,
ya desde las últimas décadas del siglo XX adoptó para sí diversas causas
sociales en un momento en que el enfrentamiento entre bloques ideológicos
cambiaba a favor del sistema capitalista. Desde entonces, los anticapitalistas
y la izquierda en general han tomado la bandera del ecologismo, y la derecha
por tanto, no sólo por un egoísta interés económico, ha dejado de lado esta
defensa del planeta. Y dado que es un problema global que nos perjudica a
todos, es hora de que cambie nuestro paradigma mental con respecto a la
ecología, es necesario adoptar uno nuevo. Creo que el capitalismo más voraz,
aquel en el que se nos insiste en consumir como si no hubiera un mañana, es un
peligro para el ecosistema, pero el comunismo que esos gritones de pancarta
pretenden que adoptemos como solución a la crisis ecológica no creo que sea
solución de nada. El cambio de paradigma ha de contar con todos, unos, tras
quitarse la venda del negacionismo deben de abandonar la inmadura dejadez que
en este tema han hecho, y los otros, por mucho que les cueste deberán de no
instrumentalizar un asunto que nos atañe al conjunto de la Humanidad, para así
invitar a los demás a sumarse.
Ciertamente
la tarea no es fácil, yo admito que no tengo la solución, pero hagamos caso por
fin a quien de esto sabe, y no en cambio a aquellos que lo único que les
interesa es el beneficio momentáneo de sus bolsillos a costa de la salud del
planeta. Hemos emprendido el camino tarde y está cerca de cumplirse la hora.
Pero si durante el camino nos entretenemos en discutir sin fin qué ruta coger,
al final no emprenderemos ninguna. Sentémonos sólo un momento para ponernos de
acuerdo, y ya con decisión conjunta revertamos en la medida que sea posible los
efectos de nuestros errores climáticos. Así por tanto pon de tu parte.
Francisco J. Canales-“Azaustre”
Licenciado en Historia