Hace unos días participé en la II edición del Premio de Microrrelato IASA Ascensores (http://www.premioiasaascensores.com/#ganador) con un escrito que me gustó mucho escribir, pero que no ha conseguido ser seleccionado. Aquí lo cuelgo para todo aquel que le interese leerlo:
Bájate al mundo
¡Qué a gusto estaba! Aunque era
de vieja madera y a simple vista pudiera parecer un lugar incómodo para
descansar, había un rincón concreto de mi hogar en el que me encontraba
relajado y en paz. Aquel sencillo peldaño de escalera que llevaba a la azotea
era el lugar idóneo para reflexionar, y bajo el sol que entraba por la ventana ver
la vida pasar, sin participar. Mas un día queriendo subir más me tropecé y me
herí. Hacia allí no había más salida que falso confort. Así que bajé y me
enfrenté a lo que había más allá de mi hogar. Aquel bendito y maldito escalón
me hizo ver que para subir, a veces hay que bajar.
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