miércoles, 8 de enero de 2025

Los Reyes Magos de López Azaustre, media vida guiando ilusiones

Con motivo del cincuentenario del monumento a los Reyes Magos que hizo mi tío-abuelo Aurelio López Azaustre escribí dos artículos. Uno de ellos, enviado al diario Ideal no pudo publicarse, por lo que lo cuelgo aquí en mi blog para que quede constancia de esas palabras.

Monumento a los Reyes Magos de Ibi. Fotografía: Facebook Asociación Reyes Magos


Los Reyes Magos de López Azaustre, media vida guiando ilusiones


Nos encontramos en los últimos compases de una fecha tan entrañable y familiar como es la Navidad. Aunque ya las canas vayan apareciendo por aquí y por allá, aún queda un atisbo de niñez en nuestros ojos y oídos cada vez que sentimos el ambiente navideño por las calles de nuestras ciudades. El colofón, el cierre por todo lo alto a estas semanas es sin duda la festividad de la Epifanía, que aunque en origen era la Adoración de los Reyes a Jesús en su pesebre, hoy en su conversión contemporánea significa la ilusión infantil por jugar. Esta ilusión de los más pequeños larvada durante muchas jornadas explota las madrugadas de todos los 6 de enero al descubrir en sus casas aquellos juguetes que deseaban y con los que poder disfrutar su vida de niños. Esa ilusión es compartida por padres y abuelos afectuosos que ponen broche de oro a unas fiestas tan familiares. Y aunque desde unos años a esta parte la impaciencia infantil sumada al marketing y el consumismo haya adelantado el reparto de juguetes mediante la competencia importada desde un trineo, la mágica noche del Día de Reyes sigue entre nuestras bellas tradiciones. Por tanto es perentorio defenderla para que no desaparezca o se vea sustituida.

 

Granada es una ciudad que puede presumir de ser de las primeras españolas en albergar la tradición de la cabalgata de Reyes previa al reparto de los regalos a los niños. Hay quien dice que fue la primera, pero lo que es seguro es que desde 1912 en nuestra ciudad venimos disfrutando de esta maravillosa representación que todos los presentes guardamos con gratos recuerdos. Siendo Granada por tanto ciudad con larga tradición en la festividad de los Reyes Magos, es paradigmático el nexo que nos une a otra comarca española que también la tiene, siendo reconocida por ello.

 

Ibi, localidad alicantina donde tantos y tantos juguetes se han fabricado a lo largo de las décadas, tenía una relación intensa con la festividad de Reyes. Fue a principios de los años 70 cuando en la localidad se decidió homenajear dicha festividad y crear un monumento que materializara ese vínculo del pueblo con dicha tradición y su industria más relevante. Fue entonces cuando al escultor granadino Aurelio López Azaustre se le propuso el tema.

Inauguración Monumento Reyes Magos Ibi. Fotografía: Facebook Asociación Reyes Magos

 

López Azaustre era un hábil y afamado escultor que con maestría conjugaba temáticas y estilos, y si bien había realizado multitud de obras realistas de índole religiosa, sumaba a su haber otras de contornos y lenguaje abstractos. Había realizado obras de pequeño y mediano formato para particulares (crucifijos, relieves, retratos) así como para instituciones religiosas. Imágenes de crucificados, vírgenes o santos conocidos que adornan iglesias (bustos de Fray Leopoldo, Fray Escoba en la Iglesia de Santo Domingo, Santo Domingo Savio para los salesianos,…) y que incluso salen de ellas en procesión como las que actualmente lo hacen en Granada, la Virgen de los Dolores y la Virgen de la Concepción.

Aurelio López Azaustre (izquierda) durante la inauguración del Monumento a los Reyes Magos en Ibi. Fotografía: Facebook Asociación Reyes Magos.


Fue en 1973 cuando Aurelio empezó a trabajar en uno de sus proyectos más importantes, tanto en repercusión como por la magnitud y complejidad de la obra. El Monumento a los Reyes Magos de Ibi era grandioso en cuanto tamaño. El conjunto, de forma piramidal lo componían los tres reyes magos sentados recibiendo la atención de dos niños, todos coronados por la estrella de Belén. Realizado en piedra artificial, lo hizo en un taller que alquiló a tal efecto en la avenida de Italia, del barrio granadino del Zaidín. Allí le ayudó el escayolista Manuel Sierra Ruiz, esposo de una prima hermana de su esposa y yerno que fue por tanto de otro escultor, José Romero Fernández. De las personas que sirvieron como modelos para la escultura sólo conozco la identidad de la niña central del conjunto, Sonia Toro Cantos, que en aquel momento era vecina del propio Aurelio, y del que hizo de rey Baltasar, Fortunato Okenve Ndo, nacido en la que fue Guinea Española y que estudiaba entonces en la Universidad de Granada, de la que egresó como médico.

Manuel Sierra y Aurelio López Azaustre. Foto: Archivo Francisco Canales

 

A finales de 1974 la obra se trasladó a Ibi y se instaló en un área de expansión de la ciudad, hoy totalmente urbanizada. Sólo quedaba el momento de la inauguración, que tuvo lugar hace 50 años, el 5 de enero de 1975. Aurelio asistió al bello acto de nacimiento oficial de una escultura granadina que se ha terminado convirtiendo en un símbolo no sólo del pueblo de Ibi, sino de la tradición de los Reyes Magos de la provincia de Alicante y de España también. Entonces fue el único monumento a los Reyes Magos en el mundo, tras lo cual han ido apareciendo otras representaciones en varios países. A lo largo de este medio siglo de existencia, Ibi ha sabido mantener el cariño por su monumento, que se ha convertido en icono del pueblo y es elemento central en la tradición de la cabalgata cada año. El nombre de Aurelio López Azaustre perdurará allí en una placa al pie de su obra. En Ibi hay quien reviste sus balcones cada Navidad con banderolas con la imagen de los Reyes Magos de López Azaustre. Esta Navidad, una de esas banderolas ha lucido por primera vez en Granada. El monumento por así decirlo ha vuelto a las calles de Granada y del Zaidín que le vieron nacer.

 

El pasado 13 de diciembre tuve el honor de dar el Pregón de las Fiestas de Invierno de Ibi, en conmemoración del cincuentenario del monumento y en homenaje a Aurelio López Azaustre, iniciando de esa manera la Navidad en aquella localidad y en mi familia. Desde aquí, y con estas palabras finalizo estas fiestas de Navidad con el deseo que el Monumento a los Reyes Magos de Ibi siga iluminando la ilusión de aquellos niños alicantinos durante muchas generaciones, y que la tradición de sus majestades de Oriente perviva en un mundo que está cambiando a pasos agigantados.

Francisco J. Canales-“Azaustre


domingo, 5 de enero de 2025

Los Reyes Magos salieron de Granada hace 50 años

Hoy el periódico Granada Hoy me ha publicado un artículo que les mandé en relación al medio siglo del monumento a los Reyes Magos de Ibi que hizo mi tío-abuelo Aurelio López Azaustre. En la versión en papel, el periódico añadió de propia cosecha un párrafo biográfico de Aurelio y una fotografía que tenían ellos de archivo. Cuelgo a continuación mi artículo tal como lo mandé:


Los Reyes Magos salieron de Granada hace 50 años


Nos encontramos en un momento de celebración, en donde en estas efusivas jornadas se celebran muchas cosas. Desde un ámbito religioso se ha celebrado un momento clave del calendario cristiano, la Natividad de Jesucristo. En un mundo occidental profundamente consumista y laico como el de hoy, las celebraciones han derivado en una sucesión frenética de reuniones y atracones sin parangón. La fiesta de la familia se mantiene, revestida quizás de manera grotesca, por lo que a veces parece que hay que rascar mucho para encontrar ese espíritu navideño que en mi opinión antes era más palpable. O no pertenezco a este tiempo, o es que quizás me estoy haciendo viejo a un paso acelerado.

 

A todo ello en estos días hay personas que celebramos una hermosa efeméride. Las gentes de Ibi (Alicante) y los familiares del escultor granadino Aurelio López Azaustre celebramos que hace 50 años se inauguró en dicha localidad la escultura-monumento a los Reyes Magos, obra de arte que no sólo es el icono de Ibi, sino que es una de las obras cumbre del propio Aurelio.

 

El escultor recibió el encargo de realizar una obra que homenajeara a los Reyes Magos, en una comarca alicantina dedicada en su mayoría a la manufactura del juguete, y en la que la tradición de los Reyes Magos era profunda. La cercana Alcoy se precia de ser la primera donde salieron “sus majestades” para repartir regalos a los niños en el siglo XIX. Granada, que le sigue en la tradición de la cabalgata, puede sumar por tanto a su haber cultural el ser el lugar donde tan carismático monumento se forjó. Fue a lo largo de 1973 y 1974 cuando López Azaustre fue moldeando sus figuras en el barrio del Zaidín, ayudado por su amigo y pariente el escayolista Manuel Sierra Ruiz. El conjunto se inauguró en Ibi con la presencia de ambos el 5 de enero de 1975, en una fastuosa ceremonia en la que vecinos y autoridades dieron la bienvenida a sus majestades de piedra artificial con la compañía de los niños de la Operación Plus Ultra, esos chavales homenajeados por todo el país por las nobles causas que habían realizado.

 

Aurelio López Azaustre fue uno de los artistas más renombrados durante muchos años en Granada. Maestro de artistas, fue el creador de esculturas religiosas tan admiradas en nuestra ciudad como la Virgen de los Dolores y la popularísima  “Concha”. Además de una larga lista de esculturas realistas que realizó para cofradías y particulares, Aurelio plasmó la realidad y su forma de ver la vida mediante nuevas formas de creación, como el arte figurativo. En este tipo de arte encuadro esta obra majestuosa, que transmite algo tan eterno como la ilusión infantil. Gracias a José Luis Delgado, sobrino del artista, conocemos la identidad de dos personas que sirvieron de modelo al autor para su monumento. La niña Sonia Toro Cantos, vecina de Aurelio es la niña que con ilusión mira al rey Baltasar, que no es otro que Fortunato Okenve Ndo, nacido en 1948 en la entonces Guinea Española y que en los años 70 estudiaba en nuestra Universidad.

 

El Monumento a los Reyes Magos de López Azaustre es un vínculo que unirá a Ibi con Granada, y a mi familia con dicha localidad alicantina. El pasado 13 de diciembre y en conmemoración por dicho aniversario renovamos allí esa unión. Que sea por muchos años más.

 

Francisco J. Canales-“Azaustre


Logo del cincuentenario del Monumento. Foto: María José Martínez Tribaldos.



A continuación enlazo la dirección del Granada Hoy con mi artículo versión web: https://www.granadahoy.com/ocio/reyes-magos-salieron-granada-50_0_2003079852.html

lunes, 16 de diciembre de 2024

Pregón Fiestas de Invierno de Ibi 2024

Acabo de recibir uno de los mayores honores que he tenido en mi vida. El pasado día 13 fui el Pregonero que con mis palabras dio comienzo a las Fiestas de Invierno de la localidad alicantina de Ibi, pueblo amigo donde se encuentra una de las esculturas más afamadas de mi tío-abuelo Aurelio López Azaustre. Cuelgo en mi blog mi texto, para que quede constancia de las emocionadas palabras que pronuncié.

Pregón Navidad Ibi 2024


Muy buenas noches a todos. Muchas gracias por acogerme en esta dulce noche. Es una inmensa alegría para mí estar en esta amada localidad y poder dirigiros unas palabras.

Yo dando el Pregón de Navidad de Ibi desde el balcón de su Ayuntamiento Viejo entre Vicente Tamarit y Sergio Carrasco. Fotografía: Rafa Miró.

Antes de nada, he de agradecer al alcalde de Ibi y al presidente de la Asociación Reyes Magos que me hayan permitido estar hoy aquí representando a mi familia y homenajear y dar así testimonio sobre nuestro tío Aurelio López Azaustre. Pero sobre todo agradecer de manera intensa la ayuda y estima que siempre nos ha profesado la archivera de Ibi, María José Martínez Tribaldos, gran protectora de la figura de nuestro tío en estas tierras amigas.

 

Aunque en teoría estas fechas han de engalanarse de felicidad y alborozo, he de comenzar sin duda acordándome de aquellos que en fechas cercanas han sufrido la más triste de las desgracias. La tragedia que hace casi dos meses asoló buena parte de la provincia de Valencia dejando más de 200 fallecidos e incontables destrozos a miles de familias nos dejó hondamente entristecidos a todo el país, así que no puedo dejar de acordarme de todos los afectados y sumarme al homenaje a los fallecidos. La calamidad quiso quedarse en la región, y hace pocas jornadas otra tragedia golpeó a muchas familias aquí en Ibi. Un desgraciado accidente laboral segó la vida de tres trabajadores, dejando a otros tantos heridos. Mi mente está también esta noche con todas esas familias, manteniendo así para el recuerdo a Marcelo, Nelson Steven y José Manuel.

 

Vienen días de celebración, momentos maravillosos con familia y amigos que se reúnen por fin después de tanto tiempo. En Ibi además se conmemora estos días el medio siglo del monumento a los Reyes Magos, monumento que seguramente le dé imagen al exterior y sea su maravillosa carta de presentación. Estoy aquí no por mérito propio sino como representante de mi familia, para recordar en esta efeméride a Aurelio López Azaustre, insigne escultor que la realizó hace 50 años.

Agradezco que se haya pensado en mí para el homenaje, pues si bien no soy el primer miembro de la familia en recordar con sus escritos al tío Aurelio, ya lo hizo previamente el primo historiador José Luis Delgado, soy el primero de la segunda generación que intenta rememorar su figura y obra. Más allá de eso, soy uno más que ama este monumento, soy uno más que siente a Ibi muy cerca, y soy uno más que ama el invierno y la Navidad.

La Navidad, esa época del año esperada con ansia cuando éramos niños, semanas de un almanaque remarcado en rojo. Jornadas frías en lo climático, pero llenas de calidez interna, alimentada por un bello ambiente reinante. Sigo manteniendo esa querencia por estas fechas, quizás más por el recuerdo y la nostalgia, incrementado quizás por la melancolía innata de la que hago gala. Pienso que la Navidad, más allá de reuniones familiares, es una época para los niños, y en ese caso también para los padres y abuelos. Así que a pesar de mi amor por estas fechas, creo que en estos momentos me encuentro  en tierra de nadie, pues ya ni soy niño, ni soy padre y ni mucho menos abuelo. Para colmo de males soy trabajador del comercio, grupo para quien la Navidad es una época altamente denostada. De todos modos no pierdo la esperanza, ni el niño que llevo dentro y un día fui.

Estas fechas para mí, como seguramente para todos y cada uno de ustedes suponen el grato recuerdo de tiempos pasados. De aquel ambiente de jolgorio en casa y en las calles, del calor del hogar, de reuniones familiares, de nuestros mayores que ya no están, de aquellos juegos infinitos con hermanos y primos, de las aventuras en todo tipo de ferias navideñas, como nuestra Juveándalus. También de juguetes de un pasado que sigue muy presente en nuestra memoria, recuerdo todas las tipologías de Playmobil que tuvimos, mi Familia Potato, dinosaurios, ositos y peluches como mi perro Tristón, juegos de mesa y decenas de muñecos articulados. Los catálogos de juguetes de las tiendas eran un bien preciado para los niños de entonces, no sólo porque albergaban la carta que habría que mandar a sus majestades, sino porque sólo de ver sus ilustraciones ya uno podía volar con la imaginación. Eran juguetes que hoy son reliquias del pasado. Sobre la Navidad se une un cierto regusto en el paladar por todos esos sabores en la mesa durante estas fiestas, manjares que sólo se comían en estos días siempre en grata compañía, dulces y viandas varias que hacían salivar al dietista más preciado. Me acuerdo también de los villancicos de antaño, siempre con su aura de ternura al son de zambombas y panderetas, villancicos en latín como Adeste Fideles, villancicos cantados por niños vestidos de pastorcillos o por gitanos del Sacromonte. ¿Soy sólo yo o alguien más echa en falta villancicos tradicionales como antes? ¿Y cómo olvidarnos de la televisión? Elemento disgregador de la familia en las últimas décadas, quizás durante la Navidad servía para aunarla algo. Entonces había programas infantiles y familiares en las pocas cadenas que teníamos. Todo estaba agrupado y era fácil de disfrutar. Los programas especiales con cantantes y famosos vestidos de cotillón, siempre Raphael, series de televisión que hacían capítulos especiales de Navidad, como Farmacia de Guardia, o el ingenuo pero tierno Mr.Bean, y películas ya clásicas y siempre memorables como Solo en Casa o Socorro Ya es Navidad. Risas y emoción aseguradas en una televisión que se podía y gustaba ver. Las Navidades han perdido su significado primigenio, pero más allá de la religiosidad de cada uno, siempre las he visto como la fiesta de la familia, ese grupo propio en el que uno se siente amparado ante el mundo. Tras el siempre fastuoso cambio de calendario auspiciado por Martes y Trece, el culmen de todas esas jornadas era la festividad de Reyes, la Epifanía, el momento final de las fiestas, donde la ilusión de tantos días de espera rompía y desenfrenada se disponía a jugar en mil y una historias. Las cabalgatas de reyes eran el prólogo, donde todos los niños y algunos padres nos peleábamos por coger los caramelos y algún que otro regalo que lanzaban los reyes y pajes desde las carrozas. Era una noche mágica a la espera del amanecer, intentando escuchar algún ruido en el salón, y que al no poder aguantar más acostado en la cama, se convertía en el día en que más apetecible se hacía el madrugar. Y allí junto al belén monumental que todos los años hacía mi padre estaban los regalos, objeto de deseo y exultante celebración. Mis padres y mi abuelo Quico parecían más entusiasmados que mis hermanos y yo. Pero uno creció. Desde hace un tiempo se añadió o diversificó esa ilusión por el juguete. Lo impostado del Papa Noel es una de mis subjetividades. Nada tengo que hacer contra la ilusión infantil y el devenir de los tiempos, son los cambios en las costumbres que uno no comparte. Por eso siempre he sido y seré de Reyes.


Pero el verdadero protagonista de esta noche no es otro que Aurelio López Azaustre, aquel por el que hoy estamos todos aquí congregados, creador del que puede ser catalogado como icónico emblema de Ibi, su monumento a los Reyes Magos. Cuando yo empezaba a soñar despierto con cada uno de mis juguetes y con esos mundos que me imaginaba con ellos, Aurelio López Azaustre sin que él lo supiera se acercaba al fin de sus días. Sin duda una muerte temprana, aún cuando podía haber aportado a su familia y a la sociedad multitud de obras de arte y campechana cercanía.

Aurelio nació en Granada en 1925, como hijo de Juan y Aurelia. Seguramente Aurelio disfrutaría de su niñez y de lo que era ser niño en aquellos convulsos años de los 20 y los 30. De familia humilde, desconozco sus ilusiones infantiles pero con el resto de chaveas del barrio, entre ellos su hermano, mi abuelo Juan, jugaban a la pelota, hacían guerrillas con los niños de los barrios cercanos, se bañaban en el río Genil cuando el tórrido verano granadino apretaba, e imagino que tendrían algún rudimentario juguete de lata y otros simples materiales, como el caballo de cartón que disfrutó mi otro abuelo. Debió de haber algún juguete en casa, pues su hermana Rosarito, fallecida con año y medio disfrutó en su corta vida de una muñeca rubia con ojos azules. La muñeca, como miles y miles de aquellos juguetes que nos provocaron ilusión terminaron en el vertedero, y sólo unos pocos permanecen como objetos museísticos en casas particulares, o en Museos del Juguete como el que aquí se disfruta en Ibi.

Aurelio, como los jóvenes de aquella época, tuvo que buscarse las habichuelas en su primera juventud. Dado que él mostraría cualidades características del artista que quizás su padre supo ver, con 15 años lo mandó al taller de imaginería religiosa que tenía su primo José Navas-Parejo, famoso escultor y orfebre granadino. Sólo fue el comienzo de una etapa de aprendizaje que le ayudó a crear bellas y realistas obras escultóricas de imaginería religiosa, inspiradas en el barroco granadino. Más tarde se abrió a nuevas formas de creación, elaborando esculturas abstractas, así como otras de arte figurativo, como desnudos o retratos. Con todas ellas iba ganándose el pan, vendía obras por encargo, las presentaba a concursos y exposiciones, y fue creándose un hueco en el panorama artístico granadino. A la par seguía formándose y tras su paso por Valencia, consiguió un puesto de profesor en la Escuela de Artes y Oficios de Granada, donde ayudó a que otros incipientes artistas encontraran su camino a la hora de expresar el arte.

Es sabido que una de las fiestas más importantes en Andalucía es la Semana Santa. Aurelio supo plasmar la belleza de Jesucristo y la Virgen María en las tallas que en varios lugares de Andalucía procesionan. La más celebrada, no sólo entre los aficionados de la Semana Santa, en cuanto belleza y dramatismo de las facciones es la Virgen de la Concha, de la Hermandad de la Concepción de Granada. Insto a todos aquellos que les guste la cultura, la escultura y el turismo a que se den un paseo un Jueves Santo por las calles de Granada para admirarla, al igual que otra de sus obras, la Virgen de los Dolores el Lunes Santo, ambas a los pies del embrujo del legendario Albayzín.

Una de las obras cumbre de Aurelio, sin ser de imaginería religiosa, pero sí con cierto carácter religioso es el monumento clave que hoy nos ocupa y que ustedes conocen bien, porque han sabido cuidarlo y admirarlo durante este medio siglo. El monumento a los Reyes Magos fue un homenaje al juguete y a la ilusión infantil, siendo esta comarca importantísima en la industria juguetera. Fue entonces cuando salieron sus figuras desde el Zaidín, mi barrio granadino donde Aurelio las creó. En estos 50 años el conjunto ha visto jugar y crecer a miles de niños, viendo cómo el entorno urbano de Ibi ha ido cambiando, siendo engullido por altos edificios residenciales, en cuyas habitaciones seguramente se ha jugado mucho en la festividad que el monumento precisamente homenajea.

Aurelio realizó en 1974 el que por un tiempo fue el único monumento escultórico a los Reyes Magos. Deambulando por Brasil, pasé fugazmente delante de una escultura de los Reyes Magos que adorna la ciudad de Natal. Lo que hice entonces fue acordarme de Aurelio y de Ibi. Esta comarca alicantina y Granada están unidas por tanto por el nexo de los juguetes y de la tradición de los Reyes Magos ya que la cercana Alcoy y Granada son dos de las primeras localidades donde empezó esta bella costumbre. La estrella del monumento de Aurelio vuelve a brillar en lo alto del conjunto gracias a muchos ibenses, después de aquel lamentable accidente de hace unos años que casi le cuesta su integridad. Es el faro que ilumina Ibi.

 

En lo personal, debemos encontrar esa luz, esa estrella que nos guíe. Y a pesar de que hoy las luces que nos llegan desde Oriente no son más que fulgores de sufrimiento y destrucción, es cuando comprendo que la ilusión de estos días es más necesaria que nunca, y luchar porque ésta pueda extenderse a lo largo de todo el año, y a todos los rincones del mundo.

Después de todo lo dicho, en homenaje del tío Aurelio y agradeciéndoles su presencia y atención, con gozo declaro inauguradas las Fiestas de Invierno de Ibi. Disfruten en armonía con los suyos, tengan una Feliz Navidad y un Próspero Año Nuevo. Hasta siempre y muchas gracias por todo.

María José Martínez Tribaldos, archivera de Ibi, yo Francisco José Canales López, pregonero, Sergio Carrasco Martínez, alcalde de Ibi. Fotografía: Miguel Ángel

Yo junto al monumento a los Reyes Magos de Ibi. Fotografía: Javier Canales López

sábado, 30 de noviembre de 2024

Apuntes genealógicos XXIII. Carlos Álvarez Navas-Parejo

Las relaciones sociales, y con ellas, nuestras ciudades y pueblos, las tejemos todos y cada uno de nosotros en nuestro día a día, cada uno según nuestras responsabilidades, acciones y dejaciones. El tejido social se enriquece por el aporte que muchas personas otorgan desde sus aptitudes y conocimientos. Sin menospreciar al resto del conglomerado social, un elemento importante a la hora de determinar el poder de una sociedad es el del grupo de personas que emprenden, gestionan actividades económicas y activan laboralmente al resto de conciudadanos, ayudando a generar riqueza a dicha sociedad.


El grupo de empresarios, injustamente denostado en muchos ámbitos, se ve personificado en esta sección de mi blog con el protagonista que presento a continuación. Su nombre es Carlos Álvarez Navas-Parejo, empresario y experto en Marketing que en breve dejará la presidencia de AJE (Asociación de Jóvenes Empresarios de Granada). Dueño desde hace pocos meses de la Escuela de Arte de Granada, es también propietario de la empresa de comunicación Terceto, además del Presidente del Club Marketing de Granada.


Debido a mi investigación genealógica, intuí que todas las personas apellidadas Navas-Parejo eran y son parientes míos. No en concreto por ese apellido recientemente compuesto del que no desciendo, el caso lo detallaré en otra entrega de este blog, pero debido a apellidos poco frecuentes como ese es fácil "tirar del hilo genealógico" y descubrir primos en multitud de fuentes documentales. Carlos, nieto y bisnieto de personas ilustres de mi ciudad que comentaré en su momento, es hijo de Antonio Álvarez García y de Margarita Navas-Parejo Casado. Él es primo 5º mío, pues el parentesco exacto que me une a él ha de remontarse al siglo XIX. Su trastatarabuela María Antonia López Garrido era hermana de mi trastatarabuela María Dolores López Garrido, hijas ambas del matrimonio alboloteño de Juan José López Ramírez y Vicenta Garrido Jiménez, casados en 1818.


Carlos, premiado por su labor empresarial e innovación, pronto dejará de ser presidente de los jóvenes empresarios granadinos, pero le auguro un prometedor largo futuro. Seguiré atento a sus progresos.


Para saber más:

https://es.linkedin.com/in/carlosalvareznavasparejo

https://comunicae.es/notas-de-prensa/joven-empresario-de-granada-recibe-la-estrella

https://www.europapress.es/comunicados/sociedad-00909/noticia-comunicado-carlos-alvarez-navas-parejo-nuevo-consejero-delegado-terceto-comunicacion-20220314114627.html

https://www.ajeandalucia.org/2023/01/05/carlos-alvarez-navas-parejo-es-elegido-como-el-nuevo-presidente-de-aje-granada/

https://www.ideal.es/economia/factoria-de-empresas/empresario-granadino-comprado-escuela-estudio-20240520000016-nt.html

https://cadenaser.com/andalucia/2024/06/05/carlos-alvarez-en-aje-ayudamos-a-que-las-cosas-pasen-radio-granada/

https://www.ideal.es/granada/carlos-alvarez-anuncia-despedida-presidente-aje-granada-20241129190943-nt.html

https://www.granadahoy.com/granada/ciclo-nuevos-comienzos-legado-club_0_2002486838.html


Carlos Álvarez Navas-Parejo. Fuente: Terceto Comunicación

martes, 18 de junio de 2024

La Tierra desde el cielo (XIV): De Málaga a Dinamarca y viceversa

Ya estoy en el suelo, palpando la monótona realidad. Y es que básicamente el pasado mes de mayo fue un mes en el que estuve volando, tanto literal como metafóricamente. Tras más de 2 años desde la última vez que cogí uno de esos pájaros de hierro, bastante tiempo para aquellos que nos gusta viajar volando, pude coger un avión que desde Málaga me llevó a Copenhague, la capital de Dinamarca, siendo ésta, mi primera vez en los países nórdicos. Fue un viaje cómodo junto a mi ventanilla, pero no disfruté en demasía de las vistas, pues gran parte del trayecto la hice o dormitando o volando sobre gruesas capas de nubes. Eso sí, la primera parte fue impresionante pues al haber despegado finalizando la madrugada, los primeros rayos de luz se adivinaban más allá de Sierra Nevada, desde el otro lado del mundo. Luego, conforme las caricias de nuestra estrella despertaban este lado del planeta, su luminiscencia decoraba el cielo tras la esponjosidad de las nubes que nos servían de suelo mucho más abajo de nuestro receptáculo volador.

Tras un trayecto intermedio soporífero, y una vez despertado por lo que parecía ser un inminente aterrizaje, sólo podía ver nubosidad a través de la ventanilla. Una vez que ésta se despejó, vi la inmensidad del agua a una altura que sólo nos podía aventurar que las innumerables islas danesas eran la antesala al aeropuerto de Copenhague. Ya en tierra, seguí volando, pero esta vez fue con la imaginación y la emoción, en un evento que si me da tiempo, comentaré en otra entrada del blog.



Concluida mi visita nórdica, había que volver a España, pero no lo hice entristecido pues mi aventura vacacional seguiría, y porque en el regreso y dada la suerte de mi tipo de billete, caí de nuevo junto a la misma ventanilla que me mostraría nuevas bellezas visuales. Así fue, tras el impresionante despegue, atrás iban quedando aquellos verdes y planos parajes daneses, bellas estampas que se alejaban conforme el mar y las diferentes islas que conforman la curiosa geografía de este país se iban mostrando ante mí. Tras dejar la isla Amager donde se ubica el Aeropuerto de Kastrup, sobrevolamos la isla de Selandia, y pude ver desde el aire zonas de allí como la costera Strøby Egede, o Faxe y su cantera con lagunas. Dejamos atrás la isla tras pasar sobre la península de Knudshoved Odde, tras lo que seguía el mar, con diversas islas como la llamativa isla de Femø, las cuales parecían piedras entre una gran charca. Poco después, ya Alemania, el continente se abría ante nosotros. Tras un ligero sueño, lo primero que vieron mis ojos conforme se asoman a la ventanilla es una característica edificación, un aeropuerto, y dado su tamaño supuse que era un importantísimo aeropuerto que debía acoger cientos de vuelos. Pensé que dada la trayectoria de nuestro avión, fuera el Aeropuerto de Charles de Gaulle, en las cercanías de París, como así pude confirmar. Mi corazón se aceleró pues si era como creía que pudiera ser ese aeropuerto, ante mí se mostraría inmediatamente una ciudad tan querida por mí como es París. Y así fue como al instante empecé a ver una gran masa urbana, que al principio no pude reconocer, pero fijando la mirada pude entrever el Estadio de Francia de Saint-Denis, y lo que luego pude saber era el inmenso cementerio de Pantin. Aunque la visión no era muy clara, y mi anciano móvil no hacía las mejores fotografías, pude retratar esa vía arterial tan importante y simbólica como es el río Sena dividiendo la ciudad. Así que mis ojos se acercaron a sus míticas islas de San Luis y de la Cité, y aunque ni mi vista ni mi cámara pudieran recoger con detalle la zona, ahí debía estar mi añorada y doliente Notre Dame. Fue más fácil ver al norte los Jardines de las Tullerías. El próximo objetivo sin duda era encontrar la Torre Eiffel, y en efecto ahí estaba, lejos, pequeñita, aunque mi móvil no la muestre con nitidez, pero se reconoce perfectamente el inmediato Campo de Marte.



Tras haber sido testigo de aquel espectáculo, el trayecto ya había merecido la pena sólo por eso. Francia se nos extendía bajo nuestros pies y la ruta de vuelo se fue al oeste de Francia, sobrevolando las tierras linderas al Atlántico. De repente, un inmenso río que buscaba su salida al mar me indicó que podríamos estar en un lugar importante. Y en efecto, pude comprobar más tarde que en ese momento sobrevolábamos los ríos Dordoña y Garona en su confluencia poco antes de desembocar en el océano. Besando al Garona se encontraba una inmensa ciudad, que luego supe era Burdeos. Después disfruté de esa zona costera de Nueva Aquitania que ya sobrevolé en 2013 y 2017, viendo de nuevo a lo lejos Arcachón. Siendo una ruta como era aquella, pronto llegaríamos a sobrevolar la zona occidental de los Pirineos, y en efecto ahí se adivinaban en el País Vasco francés el río Adur, y las poblaciones de Bayona, Anglet, y Biarritz con su aeropuerto. Más adelante Ciboure y San Juan de Luz, y más a lo lejos Hendaya. Frente a ella, pasando la frontera, Fuenterrabía y más allá unas nubes sobre la zona de San Sebastián. Bajo mis pies esas montañas me indicaban que estábamos entrando en España por la zona de Navarra, y así fue pues pronto vi el embalse de Alloz una vez había pasado bajo mis pies Pamplona. Tras un rato, y ya con cielo nuboso que impedía la visión, pude distinguir sin ningún género de dudas el Aeropuerto de Barajas, ya en Madrid y en sus cercanías el Estadio Metropolitano. Pronto, las tierras castellanas darían paso a mi Andalucía, y cada vez más cerca el suelo malagueño que me daba la bienvenida de nuevo a casa. Hogar dulce hogar, pero con el siguiente pasaje en la mano.



sábado, 4 de mayo de 2024

José Antonio Martín a la conquista del Paraíso

Hubo un tiempo en que importantes personajes de la Historia realizaron grandes gestas por las que han pasado a la posteridad. Fueron aquellos que traspasaron el límite de lo conocido y se enfrentaron a la incertidumbre, a un mundo inexplorado donde múltiples peligros podían, y de hecho lo hacían, terminar con sus vidas. Cuando los exploradores terminaron de dar a conocer al resto del planeta todos los rincones de la Tierra, sólo las profundidades marinas siguen siendo aquel lugar de nuestro planeta que queda por conocer, pues sólo un pequeño porcentaje ha sido explorado. El reino abisal esconde aún muchos secretos.


Desde que muchas cosas se han democratizado en nuestras sociedades, aquellas gestas han dejado de estar circunscritas a un pequeño número de personas, y hoy muchas se aventuran a lo desconocido, al riesgo y a vivir emociones que los saque de una vida monótona y encorsetada. Desde aquellos que hoy en día "hacen turismo" de masas un tanto repugnante a la cima del Everest, a otros que recorren otras aventuras lanzando con su actividad un gesto que pueda concienciar o ayudar a los demás. Son los casos de gente que recorre el mundo con un mensaje o con un fin solidario, de concienciación social.


Y uno de esos infatigables aventureros es el protagonista de estas letras de hoy, alguien al que conozco muy bien, mi gran amigo José Antonio Martín García. Toda su vida ha sido un ejemplo de superación, pues nació con una discapacidad física que le impidió usar sus piernas, y desde niño su medio de locomoción son unas ruedas con las que ha rodado a lo largo y ancho del planeta. Muchos de nosotros, bípedos que usan sus piernas sin ningún tipo de problema físico, nos volvemos en cierta manera discapacitados funcionales al no saber dar un uso pleno a nuestra suerte física de poder caminar. Aunque estemos de pie, en muchas ocasiones no lo estamos en marcha, sino con una preocupante indolencia.


En estos días mi amigo José Antonio se encuentra de lleno en la realización de su mayor gesta hasta el momento: recorrer en un viaje en coche el territorio de lo que antaño fueron los dominios españoles en América. Desde la Florida hasta el punto más lejano del cono sur, atravesará aquellos lugares de singular belleza, protagonistas en la Historia del Imperio español. Una vez acabada la primera etapa de su viaje y traspasada la primera frontera, José Antonio sigue su camino ilusionado por todos esos parajes que va descubriendo, conociendo gente interesante, palpando sus costumbres y saboreando nuevas comidas.


José Antonio, como digo, ha sido y es ejemplo de superación toda su vida. Con el viaje que emprende, explorador sobre ruedas, pretende concienciar a otras personas que como él tienen algún tipo de discapacidad. Pero no sólo eso, sino que además creo que es ejemplo para todos aquellos bípedos estáticos que no entienden que su mayor freno es el mental.


Por tanto, mientras José Antonio sigue su conquista del paraíso, y en honor a su ejemplo, vivamos la aventura de nuestras vidas. Muchas gracias José, ¡buen trayecto! 




martes, 26 de marzo de 2024

Fray Escoba es de López Azaustre

Hace unas semanas escribí una carta que llevaba ya tiempo meditando, y tras una ayuda de mi madre, la mandé al periódico Ideal para que fuera publicada en su sección de Cartas al Director. A día de hoy, aún no se ha publicado. Es ésta: 

Fray Escoba es de López Azaustre

Sr. Director permítame utilizar este foro para aclarar un malentendido que tuvo lugar hace un tiempo y cuyo medio de difusión fue precisamente este diario. En un artículo en el que se hablaba del actor Sidney Poitier que había fallecido en aquellas fechas, la hija del escultor granadino Francisco López Burgos recordaba que su padre se inspiró en ese actor para realizar una escultura de Fray Escoba. Además aparecía en una fotografía junto a la escultura de Fray Escoba que se encuentra en la Iglesia de Santo Domingo, indicando que la autoría que se le adjudica a Aurelio López Azaustre era errónea, y que en verdad era de su padre. Yo, como sobrino nieto de Aurelio López Azaustre, como estudioso de mi historia familiar, y como interesado en mantener el recuerdo de mi familia me sobresalté e indigné, toda vez que estaba seguro que aquella afirmación no era cierta. No sólo porque me lo indicaban los testimonios que recibí de la viuda de Aurelio y que el profesor Gonzalo Cano plasmó en su Tesis, sino porque además el libro de cuentas de la parroquia, y las fuentes hemerográficas me lo confirmaron. Mi hipótesis entonces fue que posiblemente López Burgos realizara otro Fray Escoba, y que toda la controversia se debiera a una confusión no intencionada. Y efectivamente yo estaba en lo cierto, el Fray Escoba de López Burgos se encuentra tal como me dijeron en la capilla de un colegio del Realejo, afirmando así sin género de dudas que el que se encuentra en Santo Domingo era y es de Aurelio López Azaustre. Transcurrido un tiempo en el que estuve esperando una rectificación de la información incorrecta publicada, lo cual no sucedió, pido mediante estas letras que la autoría de Fray Escoba de mi tío Aurelio y su memoria se mantengan.

 

Francisco José Canales López