Había pasado demasiado tiempo hasta hace un par de semanas, muchos meses de sequía literaria e intelectual, pues el devenir de los acontecimientos ha hecho que me ocupe y preocupe de otros asuntos más perentorios. Retomé con decisión la escritura para el Blog en septiembre (aunque ahora publico el artículo), un mes simbólico acerca de una persona de la que he escrito y dedicado mucho tiempo este año por haberse celebrado varias efemérides sobre él.
Es
curioso que habiendo dedicado mucho tiempo a su figura artística, haber escrito
tanto sobre él, y ser uno de los tres orgullos de mi familia, aún no le haya
dedicado unas letras, aunque sean reiterativas, en esta sección genealógica de
mi Blog. Quizás haya sido por la abundancia de testimonios míos sobre él, pero
dada la efeméride de este año, no quiero dejarlo pasar por alto.
Por tanto, voy a hablar de nuevo y para que quede constancia en esta sección, de mi tío abuelo Aurelio López Azaustre. Al contrario que en otros textos genealógicos del Blog cuando he de trasladarme muy atrás en el tiempo para hablar de sus protagonistas, en este caso no hay que viajar mucho, pues el nexo genealógico es muy cercano y no hay que reconstruir apenas el trazado del árbol, ya que era hermano de mi abuelo Juan López Azaustre. Los azares del destino me permitieron tan sólo conocer a Aurelio levemente, pues cuando él falleció en nuestra ciudad de Granada en mayo de 1988, yo apenas contaba con tres años y medio. Así que mis recuerdos de él sólo se circunscriben a una vaga imagen, un momento de visita a su casa, y yo tan minúsculo de tamaño, rememoro la altura de mis padres, la de él y su esposa Conchita mientras hablaban en su pasillo rodeados de tantas esculturas que él realizó durante su trayectoria artística. Alguna de esas obras, recuerdo verlas con miedo, por el realismo tétrico que transmitían, como el sufriente "Ecce Homo" que daba la bienvenida a su casa y ante el cual siempre apartaba la mirada por el temor que me provocaba que esos ojos se movieran hacia mí.
Yo,
amante de la fotografía antigua y de los recuerdos familiares, tan sólo poseo
dos fotos con él. Aunque técnicamente en verdad sólo sea una. Pues la primera
es una foto grupal en la que aparecen él y mi madre, entonces embarazada,
siendo yo el feto en desarrollo en su interior. La otra la tomó mi padre a los
pocos días de yo nacer, mientras Conchita me sujetaba bajo la cariñosa mirada de
ella y de Aurelio. Una foto que resultó ser un tesoro cuando comprobé que el niño
de la instantánea era yo y no otro, al verla entre los negativos de un carrete
de mi padre con el título de mis primeros días de vida.
En varios artículos tanto físicos como por internet he plasmado en las repetidas ocasiones que se me ha pedido u ofrecido la oportunidad, sucintas biografías de Aurelio, así como un resumen de su obra, pero en este 2025 se han cumplido dos efemérides que también he tratado. Así que las comento brevemente.
Una
de las obras más famosas de Aurelio es una gran obra escultórica que realizó en
el barrio del Zaidín de Granada para el pueblo alicantino de Ibi. Simple en sus
formas, pero magna en tamaño, el Monumento escultórico de los Reyes Magos se
realizó como homenaje a la infancia y a la figura de los tres Magos de Oriente para
una localidad situada en una comarca donde la industria del juguete es motor económico.
El día de Reyes de 1975 dicho monumento se inauguró con la presencia de
Aurelio. En relación a ese cincuentenario he realizado varios escritos al respecto,
así como he tenido el honor de haber sido el pregonero de las pasadas fiestas
de Navidad en Ibi, en nombre de la familia de Aurelio.
La
otra efeméride, crucial, no es ni más ni menos que el centenario del nacimiento
de Aurelio. Antiguamente, las inscripciones de los nacimientos en los Registros
Civiles no eran tan rigurosas como lo puedan ser hoy. Sé de casos que los
inscritos lo hacían con una fecha de nacimiento diferente a la real, pues por
diversas circunstancias el acto registral no se hacía con la celeridad
deseable, y que en el momento del registro se aportara otra fecha más cercana
al acto burocrático. Es el caso de Aurelio, pues en su partida de nacimiento
indica que nació en Granada en septiembre de 1925, pero su partida de bautismo
del mes de julio de 1925 indica que nació el 15 de junio de 1925. Obviamente es
más creíble el dato que aporta la partida bautismal. Hay que indicar que
entonces los padres de Aurelio, mis bisabuelos, no estaban casados. Lo harían
posteriormente. La viuda de Aurelio, Concepción Muñoz Torres, me indicó al
respecto que además Juan López Rodríguez, padre de Aurelio y de mi abuelo, se
encontraba largas temporadas fuera de Granada pues era Oficial de Telégrafos,
así que aprovecharían alguna de sus presencias para registrarlo civilmente.
Esta importante efeméride, los 100 años del nacimiento de Aurelio me hizo
intentar homenajearlo de nuevo, aunque finalmente no ha sido con la grandiosidad como me hubiera gustado y él se merecía. Colaboré aportando datos al periodista de Ideal José Antonio
Muñoz para el artículo que escribió en su periódico el pasado mes de junio
conmemorando el centenario de Aurelio. No está de más que en fechas tan
señaladas recordemos a los nuestros.
Aunque
el Doctor en Bellas Artes Gonzalo Cano Castilla realizó su Tesis Doctoral en
2003 sobre la vida y obra de Aurelio López Azaustre, y casi todo lo que había que
saber de nuestro artista ya está allí escrito, siempre he tenido interés en hacer
un pequeño libro biográfico hablando de Aurelio y de su obra, para facilitar su
acceso al gran público. No desisto, tiempo al tiempo.
Para
conocer a este hombre sencillo y humilde, y admirar su talento artístico lo más
fácil es contemplar su obra, hoy diseminada por nuestra geografía, en
infinidad de organismos, iglesias o propiedades privadas.
Aurelio
realizó multitud de obras de diferente temática, llevándolas a cabo con diferentes
materiales de los cuales era virtuoso, sobre todo la madera, el uso de marfil,
o la terracota. Es básicamente conocido como Maestro-Imaginero, escultor de
obras religiosas muy celebradas. A sus Vírgenes procesionales "La Concha" y de los
Dolores en Granada, habría que sumar un maravilloso Cristo de la Humildad en su
Flagelación en Sanlúcar la Mayor (Sevilla), entre otras más. Esa estatuaria
religiosa se ve aumentada por infinidad de pequeñas esculturas de crucificados,
dolorosas, santos que adornan multitud de iglesias.
Santísimo Cristo de la Liberación, de Granada. Foto Francisco Canales.
Fray Escoba, Granada. Foto Francisco Canales.
Fray Leopoldo, Granada. Foto Francisco Canales.
"La Concha", Granada. Foto Francisco Canales.
Pero
Aurelio realizó también innumerable obra profana, pasando del realismo de los
bustos que realizaba a amigos y personas por encargo, a otras más figurativas,
donde lo abstracto juega con los conceptos en múltiples formas.
Busto del padre de Aurelio, Juan López Rodríguez, mi bisabuelo, hoy denominado de San Juan de Dios. Granada. Archivo Francisco Canales.
Busto de José María Garrido Lopera. Granada. Archivo Francisco Canales.
Maternidad. Granada. Foto Francisco Canales.
Aurelio fue además profesor de la Escuela de Artes y Oficios de Granada, donde su maestría guio a decenas de incipientes artistas. Hoy su legado permanece en sus obras, que al ser admiradas continuamente insuflan vida a la memoria de este gran hombre. En el recuerdo.
Para saber más:






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