miércoles, 22 de octubre de 2025

Aperitivo eurovisivo en Alemania

Cada una de las culturas tienen sus propios calendarios por los que rigen sus años, y donde se marcan como fechas clave sus ritos y celebraciones. Como grupo masivo y heterogéneo que es, el colectivo eurofan del que me siento parte (aquel que cree, vive y endiosa el fenómeno de Eurovisión) tiene su propio calendario, siendo sin duda el mes de mayo el culmen de todo un año de espera. Podría ser nuestra Natividad más laica.

Tras ese mes de emociones, tarareos de melodías y soñares despiertos, prosigue un verano de telones caídos, una larga travesía del desierto o cuesta de enero veraniega, que es dulcificada algo por el retumbar reciente de esas canciones afamadas que nos han hecho disfrutar bastantes semanas. Un verano en cuyos festivales y verbenas populares se puede seguir reviviendo a pequeña escala eso que nos hizo vibrar con la música.


Septiembre es la vuelta al nuevo ciclo, el comienzo oficioso del calendario eurovisivo, donde las televisiones europeas empiezan a mostrar avances de sus preselecciones, apuestas de posibles participantes,... la emoción comienza de nuevo. En todos los sitios, sus creyentes empezamos a ver la luz del nuevo año.

Y es lo que ha pasado en Alemania donde resido desde hace poco. En toda Europa los eurofans se pueden agrupar en diferentes asociaciones de aficionados al certamen, las OGAE, y una de las dos alemanas, OGAE Germany e.V., se reunió el pasado mes de septiembre en la ciudad de Bamberg (norte de Baviera, región de Franconia) para volver a celebrar su anual certamen Grand Prix de la Franconie.


Agasajados por una deliciosa cena, sus responsables entre ellos su presidente Michael Behr, nos fueron presentando las diferentes canciones históricas eurovisivas que participan en este concurso rememorativo, y han sido elegidas entre simpatizantes seleccionados. País por país, en este pequeño Eurovisión nostálgico se nos fueron mostrando grandes temas del pasado. Y yo como español, no pude estar más en desacuerdo con la elección para representar a España. La primera aparición de Conchita Bautista ("Estando contigo", 1961) dejaba en mi opinión mucho que desear. Quizás fuera la vinculación del imaginario tradicional español en un país como Alemania. El tema seleccionado para rememorar a Alemania era un tema maravilloso del año 1985 ("Für alle"), un verdadero himno que los presentes sintieron como orgullo nacional. Y claro, si el casi 100% de los presentes eran alemanes, no es de extrañar que este tema se quedara en 2º lugar tras nuestras votaciones.

Después de que todos votáramos, la alegría llegó a mí pues el concurso lo ganó Baby Lasagna, elección para representar en este certamen a Croacia tras su memorable actuación de 2024 con "Rim Tim Tagi Dim". Este tema que pude ver en directo en dos ocasiones y soñé con que pudiera ganar el Eurovisión de 2024 (quedó segundo), vence ahora en una victoria simbólica y merecida, al que sin dudarlo le otorgué mis 12 puntos. También otro tema impresionante, el que representó en nuestro local de Bamberg a Noruega, el tema "In my dreams" que en 2005 interpretó el grupo Wig Wam. Temazo que sólo pudo ganar en nuestra reunión el premio Dex-Award a los intérpretes peor vestidos del certamen. Y lógicamente, como glam metal, estrafalarios eran.

Sin duda un gran evento, con fines solidarios además, en el que espero poder seguir disfrutando en este país en lo sucesivo.



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