Hace ya un año critiqué en esta misma página la pulsión incendiaria con la que muchos amantes de la destrucción mediante el fuego ejercen durante estas fiestas navideñas o aquellos otros que sin necesidad de fiestas de por medio, ejercitan su deseo destructor sin más.
El otro día, el 30 de diciembre pasado al final de la tarde, ocurrió un incendio en una caseta abandonada de una inmobiliaria sita en el Parque Tico Medina de mi barrio natal, el Zaidín. Mi madre y hermano fueron testigos del incendio en el otro lado del parque nada más producirse. Los bomberos apagaron las llamas, pero las mismas habían reducido a escombros la estructura. El periódico Ideal al final de la noche informaba del suceso, indicando que el origen del mismo "aún no se ha determinado". No sé si esta rapidez en la escritura esconde una intención de calma social, pues durante el suceso, un testigo presencial vio cómo un individuo subido en una bicicleta lanzó algo a la caseta, provocando una inmediata deflagración.
Ese testimonio presencial me lleva a pensar en la clara intencionalidad del atentado. Los presentes y los periódicos digitales informaron que en esa caseta solían pernoctar personas indigentes. ¿Hace a este atentado un delito aporofóbico? Aporofobia es el rechazo a las personas pobres, indigentes. Imagino que la Policía estará investigando el suceso, así que hasta que el atacante no sea detenido no se podrá dilucidar. O puede que sea un pirómano sin más. Además todo ataque a un indigente no convierte al atacante o al delito en aporofóbico, pues muchas veces los indigentes se atacan entre ellos, por lo que en ese hipotético caso podría ser por venganza.
Hasta que se aclare todo, el suceso sólo se quedó en un pequeño sobresalto en dichas calles del Zaidín.
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