A las noches, aquel momento de limbo entre realidades vitales, le sumo en este momento de mi vida una realidad de recuperación corporal. Tras la realización de mis últimas curas, pasan por mi mente todos aquellos sentimientos que he tenido a lo largo de casi dos semanas de operación y post-operatorio. Momento trascendental de mi vida en el que pasaron por mi temerosa cabeza todos aquellos negros pensamientos acerca de la posibilidad de un fin inminente de mi vida, el hecho de la misma y el transcurso de uno por ella. Aunque la operación en sí era sencilla en teoría, se complicó en cierta manera. La sensación de debilidad, vulnerabilidad y dolor, sobre todo en esos momentos de la solitaria noche en un lugar que rezuma muerte, me agarré sin dudarlo a la vida, y poco a poco, una renovada vitalidad fluye en mí.
Aquellas jornadas ingresado en el Hospital del PTS de Granada me hicieron comprobar de primera mano la imperiosa necesidad de que cuidemos a nuestra Sanidad pública, y de la inmensa gratitud que siento por aquellos profesionales de la cirugía y la enfermería, mujeres (la inmensa mayoría) y hombres que cuidan de nuestra salud, muchas veces maltratados por políticos y ciudadanos. Estuve muy bien tratado, y casi confortable aquellas jornadas "alojado en mi hotel particular" si no fuera por los dolores intrínsecos a la operación a la que fui sometido y el incomodísimo post-operatorio. Así pues, queden estas palabras de gratitud para todas esas enfermeras, aquel enfermero, limpiadoras y cocineras, cirujanos y la amable anestesista que me tranquilizó ante la sensación del inminente cierre de mis ojos mientras con mi voz ahogada decía el nombre de mi más dulce persona.
Y hoy tras mis reflexiones nocturnas, en mi espacio de memoria cito y hago un recuerdo de otras personas que he sabido han concluido sus vidas, dejando un vacío en sus allegados. Una señora querida de Cúllar Vega murió el pasado día 9, cuya muerte supe a través del diario Ideal, Patrocinio Olgoso Junco, tía del famoso zaidinero Isidro Olgoso. No supe de su existencia hasta esta lectura, pero era prima lejana de mi abuela Carmen Hita Junco. DEP
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Y hoy supe de la identidad del agente aduanero fallecido el pasado día 18 en aguas de Canarias mientras luchaba contra los narcotraficantes. Cuando me enteré de dicha noticia, me llamó la atención, y me centré en la loable tarea que llevan contra tamaña lacra social. Hace unas horas me enteré a través de un profesor de mi antigua facultad que el fallecido era Carlos Esquembri Hinojo, pariente lejano mío y natural de Melilla, al que no conocía. Hace pocos días precisamente quise contactar con él y sus hermanos para la realización de un artículo sobre nuestros antepasados malteses que estoy preparando. Una gran pérdida. Una víctima a la que sin duda nuestra sociedad debe agradecer su labor. DEP
Para saber más sobre Carlos:
